martes, 11 de enero de 2011

El canto de las Sibilas me confunde.

Vamos a aprender hechos históricos a través del arte, o por lo menos así me pasó a mi. Haciendo las preguntas adecuadas a un cuadro o pintura de algún autor, estas nos podrían colocar inmediatamente en un torrente de información interesante. Quiero trasladar el comienzo de esta entrada a la misma Roma. La Capilla Sixtina es famosa por haberse transformado en el caballete donde descansa la obra pictórica mas esplendida del renacimiento, los frescos de Miguel Ángel Buonarotti. Vean las imagenes a continuación:







Muy bien. Si llegaron hasta aquí es porque quieren saber mas sobre el asunto. Las cuatro figuras que Miguel Ángel compuso sobre el techo de la Capilla representan a las Sibilas. Estas señoritas (vaya a saber uno si lo eran) pertenecen a la cultura greco-romana, incluso una de ellas se la ubica en la oscura época de los reyes romanos anterior a la República.

 Las sibilas eran profetisas del dios Apolo con el don de predecir acontecimientos futuros (por lo menos eso se decía). Durante la Antigüedad existieron varias diseminadas por el mundo helénico. El santuario de la de Cumas (la mas importante) estuvo en funcionamiento en torno a los siglos V y VI a.C. en esta colonia griega situada sobre la cima de una montaña volcánica ubicada al noroeste de la bahía de Nápoles. La gruta de la Sibila se encontraba en las faldas del monte.

Quien quisiera consultar a la Sibila debía acudir a la caverna y atravesar su recta galería, de ciento siete metros de longitud, flanqueada por otras doce galerías más cortas a través de las cuales entraban los rayos del sol creando un vistoso efecto de alternancia entre luz y oscuridad. Al final había un vestíbulo en el cual el visitante esperaba a que se le comunicase el veredicto de la Sibila. Según cuenta Virgilio en la Eneida, esta transmitía su oráculo a través de aquellas aberturas laterales mediante cien voces distintas.

Para predecir hechos importantes, el Senado (y mas tarde el imperio) recurrían a diversos métodos, siendo el más habitual la observación de las aves; pero en ocasiones los dioses permanecían mudos o su mensaje resultaba enigmático. Entonces, como último recurso, el Senado ordenaba consultar los Libros sibilinos, una misteriosa recopilación de oráculos que según la leyenda habían sido realizados por la Sibila de Cumas, y en los cuales se encontraba la respuesta a cómo proceder.

De como llegaron estos personajes a la tradición cristiana.

Ahora que las hemos identificado como adivinas de una era pre-cristiana y sin concordia alguna con la religión de Pablo, veamos su disposición en el fresco. Miguel Angel coloca las Sibilas sentadas como en una especie de falso capitel entre los profetas mas importantes del Antiguo Testamento como son Jeremías, Isaías, Joel, Ezequiel, Daniel, etc.

Es un sitial importante, pero... ¿Por qué razón están ahí?.  Bien, remontémonos unos cuantos siglos atrás, cuando el cristianismo luchaba por ser legitimado ante la sociedad pagana del imperio. El emperador Constantino, el "amigo" de los cristianos, buscaba las maneras de que la adopción del cristianismo por los paganos sea mas rapida y sin problemas para el imperio. Entonces, en el "Concilio de Nicea" que el mismo presidió reveló hechos sorprendentes. El gran problema que el cristianismo traía para el imperio era haber nacido del judaísmo. Eso lo desprestigiaba delante del panteón de dioses de la religión romana y por lo tanto Constantino debía buscar la manera de introducir elementos autóctonos europeos. 

Los profetas del Antiguo Testamento habían predecido la llegada del Mesías pero eran judios. Constantino, para no quedar atras en tal milagro decretó que la Sibila de Cumas había profetizado la encarnación de Cristo siglos antes. Para apoyar esta teoría presento las pruebas en los escritos del poeta latino Virgilio, que vivió y murió en la época de Augusto Cesar. Los obispos cristianos dieron su firma, no podían negarse. He aquí el texto presentado por el emperador y que terminaría siendo el primero de una serie de profecías de las Sibilas o mejor dicho: textos cristianos interpolados.

"He aquí que recomienza el gran orden de los siglos.
Ya vuelve también la virgen, vuelve el reino de Saturno.
Una nueva generación desciende desde lo alto de los cielos"
Virgilio (70-19 a. C.), Bucólicas (IV, 4-7)

Esta profecía se refiere al nacimiento de un niño que renovará la faz de la tierra, borrará el mal de ella y hará florecer una Edad de Oro coincidente, tal como antaño, con el reinado de Saturno. La exégesis cristiana es evidente, tan evidente como falsa. San Agustín, curiosamente, no creyó en tal vaticinio y solamente afirmó que debía aceptarse en tanto que los paganos lo aceptaban y podía predisponerlos a abrazar con agrado la fe. 


Lo se, parece muy rebuscado, pero lo cierto es que los obispos cristianos no se negaron a aceptar dichos argumentos. Así las Sibilas entran de manera incuestionable al panteón cristiano y posar como modelos de un Pintor italiano del renacimiento. Los escritos que vendrían después no solo profetizaban el nacimiento de Cristo sino su resurrección y segunda venida.  

¿Ahora entiende por qué razón aparece Virgilio en la Divina Comedia de Dante Alighieri? Yo sabía que se daría cuenta solo. Nadie mejor que un profeta pagano para guiar un cristiano por lo mas profundo de la eternidad, casualmente cristiana (perdón por la ironía).




1 comentario:

Unknown dijo...

Las sibilas de la capilla sixtina son 5 y los profetas son 7 ambos grupos se hallan alternos en las arcadas de la bóveda.